IPad: la oportunidad para la prensa escrita ?

junio 1, 2010 by · Leave a Comment 

Un nuevo soporte, nuevas necesidades profesionales y tecnológicas, otra cultura de organización y un modelo diferente de negocio. Las tabletas son el elemento de integración definitivo y, quizá, la última Ocasión para las organizaciones periodísticas.

Se dice que es el dispositivo decisivo para el consumo de medios. Tan portátil como una revista, tan barato como un periódico (cada aplicación), tan impactante como la televisión de alta definición, tan simple como un iPhone, tan entretenido como un videojuego, y tan versátil como un PC… Es el iPad, precursor de todas las tabletas que vienen y que cambiarán la forma en la que las compañías periodísticas manejan sus redacciones y un negocio sin modelo definitivo, por decirlo benévolamente.

El iPad y su corte de tabletas también revolucionarán el modelo de relación con las audiencias, las comunidades y los anunciantes. En realidad, la última criatura tecnológica de Steve Jobs es ya el impulsor de un nuevo modelo de creación de contenidos desde una perspectiva y una mentalidad diferentes. Se trata de una nueva arma para una guerra diferente: Los creadores de contenidos están luchando ya por conquistar el tiempo de los usuarios.

El gran potencial de las tabletas está en que aumentará el consumo de contenidos informativos digitales durante el tiempo libre de los usuarios y ayudará en el reto que los periódicos mantienen de incrementar la implicación y la complicidad del público durante sus ratos de ocio. Se conquista así una nueva franja de tiempo.

La clave está en productos y formatos adecuados para nuevas fórmulas de negocio a través de la presencia en distintos medios y plataformas.
Los anunciantes pagarán asimismo por mensajes con mucha más riqueza, ya que las tabletas ofrecen nuevas narrativas comerciales. Para aprovecharlas, las compañías de diarios y revistas tendrán que preparar a su fuerza de ventas para nuevas plataformas.

Además, los anunciantes pagarán por el contexto, por la posibilidad de tener perfiles de la audiencia, o la geolocalización de los clientes, porque el iPad no tendrá barreras territoriales. Cada aplicación reflejará dónde estoy, no sólo en lo que se refiere al contenido. Y esto también en lo que tiene ver con la publicidad.

Las aplicaciones de las tabletas mejorarán en el mundo digital la posibilidad de ofrecer a los anunciantes un gran canal de comunicación con el público, mientras que, al tiempo, se ofrece un servicio a los lectores.
Habrá que diseñar las aplicaciones considerando que, además del editorial, deberá tenerse muy en cuenta el contenido de los anunciantes.
Pero el iPad (y en general, las tabletas) no es una solución, por sí sola, a la búsqueda de modelos de negocio, de nuevos contenidos y narrativas para los diarios y revistas. No es obligatorio crear una presencia en iPad, porque esta mera presencia no garantiza nada.

Rupert Murdoch, consejero delegado de News Corp.., asegura que “sin contenido creativo y diferenciado, todos estos dispositivos no son más que juguetes caros. Debemos invertir en creatividad, alimentar el talento y construir audiencias que compren y disfruten los frutos de este esfuerzo creativo”. Parece claro que lo que da la vida real a estos dispositivos es el contenido útil, llamativo y diferente.

Las tabletas y sus promesas de fórmulas de negocio, de experiencias de lectura y narrativas que capten a un público de pago y modelos de relación con las audiencias inéditos chocan, sin embargo, con compañías de medios que aún no han resuelto eficazmente su particular transición del offline al online.
El iPad es un factor determinante en los inevitables procesos de integración de las redacciones.

Parece claro que sólo las compañías integradas y multimedia sobrevivirán. Serán aquéllas que planifiquen en multimedia, con profesionales multimedia para audiencias multimedia. No hay sitio para el monomedia en la nueva era de las tabletas, y resulta evidente que el producto del iPad no puede ser una versión digital de la revista o el diario impreso.

Juan Antonio Giner, presidente del Innovation International Media Consulting Group, asegura que “las tabletas no son la salvación de los medios impresos, pero los periódicos y revistas son aún los mejores vehículos periodísticos de información exclusiva, y las herramientas para editar historias relevantes, para diseñar paquetes informativos persuasivos, pero no desde plataformas monomedia estáticas, sino en nuevas plataformas dinámicas, móviles y multimedia”.

Giner cree que aquellas organizaciones periodísticas que desarrollen operaciones monomedia y que produzcan historias de segunda mano no advertirán cambio alguno con la llegada de las tabletas. “Sólo aprovecharán este nuevo modelo aquellas redacciones que sean capaces de adoptar las nuevas narrativas digitales multimedia. Será entonces cuando su vida como editor, director o reportero cambiará para siempre”.

El iPad genera, por tanto, nuevas necesidades fundamentales: redacciones totalmente diferentes; una nueva mentalidad y una organización hasta hace poco tiempo ni siquiera imaginada. Y también necesidades tecnológicas, creativas y periodísticas para las que la mayor parte de las organizaciones aún no están preparadas.

Los directivos y gerentes de las organizaciones periodísticas deben ser superusuarios convencidos y expertos de iPad. Es esencial que ellos sean los primeros en conocer y disfrutar de las narrativas de estos productos, para generar buenas ideas.

También habrá que alcanzar un nuevo conocimiento que debe estar diseminado por la redacción, en los equipos online y offline. Hay que rediseñar la manera en la que ambos equipos interactúan para que piensen y produzcan narrativas multimedia, planificadas desde el comienzo de los procesos. Se necesitan editores multimedia que planifiquen e identifiquen las nuevas necesidades de contenidos, y que determinen qué miembros de la redacción están mejor preparados para producir esos paquetes informativos diferenciados.

También harán falta periodistas visuales, así como equipos que tengan la capacidad suficiente para manejar audio, video y herramientas fotográficas. Sin olvidar a los infografistas que puedan crear gráficos interactivos para la aplicación.

Se trata de un modelo integral que implica un nuevo concepto de tecnólogos, diseñadores y periodistas. Esto ya no es una cadena de montaje, sino una nueva estructura en la que un macroeditor controla la historia y los departamentos trabajan creando sinergias entre ellos.

No pay, no pad
El iPad es para ver y consumir. Pagando. Casi todo dependerá de la creatividad periodística de los “contadores de historias” que deben pensar, planificar y producir contenidos exclusivos, diferenciales y únicos por los que la gente esté dispuesta a pagar.

Es el nuevo negocio del storytelling, para el que se necesitan contenidos completamente diferentes si se pretende que este soporte sea la palanca de un nuevo modelo económico de pago, porque sólo se puede cobrar por lo que es escaso: historias únicas, utilidad única, empaquetado diferente, experiencias distintas.

Desarrollar historias para el iPad en formatos novedosos costará dinero, pero no se podrá cobrar al usuario a menos que se cumplan las dos premisas por las que las audiencias aceptan pagar: perdurabilidad y servicio. Todo ello con una estrategia coherente de pago a través de todas las plataformas posibles, permitiendo que los clientes puedan escoger cómo desean suscribirse.

Una nueva experiencia de lectura
Más de 75 millones de personas saben cómo usar el iPad. Son los usuarios de iPhone. 125 millones están registrados en iTunes con su tarjeta de crédito. El iPad puede hacer que descargarse libros, revistas o periódicos sea algo tan atractivo y rentable como descargarse música. Cuando alguien invierte en su iPhone y éste se convierte en una herramienta útil y de uso cotidiano, lo normal es que haga todo lo posible por incrementar su funcionalidad.

En el nuevo escenario multiplataforma de los medios, la relación del público con la información se está convirtiendo en algo portátil (el 33% de los propietarios de teléfono móvil acceden a la información ya desde sus terminales), personalizado (un 28% de los usuarios de Internet ha personalizado ya su home page para incluir noticias procedentes de fuentes y acerca de temas que son de su interés particular) y participativo.

El iPad supone un nuevo formato que propicia nuevas formas de lectura y una oportunidad para establecer otras fórmulas de interacción con los clientes y usuarios para facilitar las conversaciones. Aquí, la experiencia es más importante que el producto, y el hecho de ser un lector de iPad debe implicar ser un usuario muy especial, algo parecido a pertenecer a un club selecto en el que sus miembros tienen ciertos privilegios.

El iPad es portátil, no móvil. Si no se necesita ordenador para trabajar es el aparato del ocio total. Además, es para los hiperconectados, para un grupo de consumidores en movimiento (on-the-go) que destaca por su voracidad en el consumo de la información. Pedro Monteiro, director de arte de Impressa Group, editora de diarios como Expresso, asegura que “las tabletas son grandes pantallas en las que se puede navegar con los dedos.

Consumir la información de esta manera es mucho más que sólo leer y mirar imágenes. Un artículo en el iPad es un paquete de experiencias, una corriente continua de contenidos diversos, una mezcla de todos los medios tradicionales. Y el propósito es presentar la información de la manera más interesante y atractiva posible”.

[fuente: expansion.com]

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